Una banfileña perdida en San Pablo

De Viaje Por San Pablo

La primavera paulista

De Viaje Por San Pablo

Los Bandeirantes

De Viaje Por San Pablo

Um copo de cerveja, por favor

De Viaje Por San Pablo

El Mercado Municipal

De Viaje Por San Pablo

100 días de viaje

De Viaje Por San Pablo

29.10.13

Prepara que agora é a hora do show das poderosas

Podés estar en cualquier lugar y de repente empieza a sonar este tema. Tarde unos días en identificarlo y empezar a tararearlo como pasa con todos estos malditos temas del momento. No se si allá también lo están pasando... sino a esperar que seguro está en camino. Con ustedes, Anitta y las Poderosas: 

26.10.13

Ser argentino


Aunque tratás de no pensar en eso y de autoconvencerte que hay miles de sabores desconocidos esperando para ser degustados, en algún momento ese pensamiento recurrente se instala en la cabeza y no se va y no se va. 

Cuando estás de viaje es inevitable recordarlo con cariño y pensar en esa última vez que tuviste la oportunidad de olerlo, masticarlo y disfrutarlo.

Parte de ser argentino es sentir en el ADN alimenticio la necesidad de comer un rico y sabroso asado.

25.10.13

Muchos mitos

No voy a negarlo, aunque soy tristemente blanca, a mi me gusta el sol. Todos los soles tienen su lado bueno: el del otoño porque todavía se parece un poquito al verano, el sol del invierno porque calienta aún los días más dolorosos del año y el de primavera porque promete siempre algo bueno. Ya con el sol del verano, todos los planes siempre parecen excelentes.

Si me remonto cinco meses atrás, cuando pensábamos nuestros meses en Brasil, lo primero que se nos venía a la mente era chau invierno, hola verano. Una prueba de esto es que lo primero que agarré fueron las polleras y las musculosas.

Los primeros días en Brasil fueron raros, con mucho frío, casi nada de lluvia pero poco sol. Creía que era un agosto con los últimos vestigios del invierno brasileño, pero no. Al arrancar septiembre, la temperatura subió algo pero el clima en general no mejoró, sino que dio paso a algo que todavía hoy no puedo creer: lluvia, lluvia, llovizna, nubes, lluvia, lluvia, nubles, dos horas de sol, lluvia, lluvia y nubes. Vamos ochenta y pico de días y si hago un cálculo rápido el 90% de los días fueron horribles y sin sol.

Hace dos días, mientras diluviaba, con un poco de ingenuidad le pregunté a una de las chicas que trabaja en la posada si todos los años llovía tanto como este. Primero se rió y después me dijo: acá el clima es subtropical. Eso es algo que aprendí en la escuela, pero jamás me imaginé que era así. Con un poco de vergüenza por mi pregunta anterior, pero volviendo a insistir, le repregunté: ¿pero siempre llueve así o en algún momento para? Con otra sonrisa en la cara me dijo: acá llueve de septiembre a enero. En ese preciso instante, miré para afuera y sentí que toda esa lluvia caía sobre mí.

Aún así, yo todavía tengo esperanzas y cada vez que abro el pronóstico busco ese sol que todo lo cambia.

Imágen del pronóstico de www.AccuWeather.com

23.10.13

Recorridas por SP

Si la ciudad que te toca visitar es San Pablo, tenés que aclararle a todo el mundo que no vivís con una caipiriña en la mano y que la playa más cercana está a dos horas de distancia como mínimo.

La metrópolis de San Pablo no es turística, o así no la piensan quienes la gobiernan. Los folletos te invitan a quedarte un día más y como mucho, las guías te planifican un recorrido semanal. Acá se viene a estudiar, a trabajar, pero no a vacacionar. Y como ciudad parece darle la espalda al disfrute de sus calles, salvo aquellos destinos más conocidos como la Rúa Oscar Freire, la Avenida Paulista, el Parque Ibirapuera y el barrio Vila Madalena.

Foto de la exposición "São Paulo Terra, Alma e Memória"

A mis ojos, es una ciudad con mucho potencial pero con muchos lugares y rincones muy dejados. Todavía no podemos comprender como las calles donde están los grandes teatros se encuentran repletas de seres necesitados de drogas, plata o vida.

Después de esperar unos cuantos días y con una lista de puntos claves para visitar, en nuestra recorrida por el centro de la ciudad tuvimos que ir dejando algunos sitios sin ver por las situaciones que se nos iban presentando. A la noche, ya de vuelta en nuestro departamento, pudimos enterarnos de que una mujer acababa de morir a pasos nuestros, enfrente del Teatro Municipal de São Paulo, nada más y nada menos que a hachazos. San Pablo tiene eso, de repente pasas de la arquitectura más exquisita a la brutalidad del hombre.

21.10.13

Tropicalísimos


Acá el acceso a las frutas frescas es casi ley. Es tan así, que muchas veces las frutas están recién sacadas de sus plantas y hay que esperar algunos días para poder consumirlas. Y en algunos supermercados te indican cuántos días faltan para su consumo.

Semana tras semana se renuevan dos favoritos: el mango y el maracuyá. El problema de estos frutos es que no son fáciles de comer. El mango está lleno de jugo pero rodeando un carozo gigante, por eso hay que ingeniárselas para poder absorber todo su exquisito sabor gajo tras gajo. En el caso del maracuyá, tiene como inconveniente que es bastante ácido para comerlo sólo. Después de pensarlo un poco encontré una manera que no falla. Mi truco para disfrutarlo es poner la pulpa en un vaso y llenarlo con jugo de naranja. ¡Éxito asegurado!

17.10.13

Paulista sí, carioca no

Apenas llevábamos minutos en la ciudad tuvimos la oportunidad de charlar con dos paulistas de todo un poco: la ciudad, el país, la política, las diferencias con Argentina, sus deseos y las especulaciones. 

Más allá de que nuestra charla se cernía a lo poco que podíamos deducir con nuestro portugués rudimentario, hay algo que entendimos enseguida: los paulistas no quieren ser confundidos con los cariocas.
Estas personas nos dejaron en claro como se ven a ellos mismos: se autodefinen como los más trabajadores del país y como los verdaderos artífices del crecimiento de Brasil.

Esa visión tan tajante nos dejó pensando y después comprendimos que quizás algo de razón tengan, pero porque la ciudad no les deja mucha más opción: al no tener la suerte de muchas otras ciudades de disponer la naturaleza ahí al alcance de unos pasos, al paulista o al paulistano, el primero nativo del Estado y el segundo gentilicio del nacido en la Ciudad, no le queda otra que trabajar y mucho. Multitudes en movimiento, ruido incesante y cemento que todo lo transforma son sinónimos de esta tierra.

16.10.13

Dolly Guaraná



Este que ven acá es Dollynho en persona. El protagonista de una una canción que, sin querer, se nos pegó desde que llegamos a Brasil y vivimos cantando. Es de un comercial medio surrealista de una bebida a base de guaraná. Yo les advierto que es altamente pegadiza y encima viene con subtítulos para seguirla: 

Foto: @DollyGuarana_ 

Video: Cuenta oficial de Youtube Dolly Guaraná





15.10.13

Mate


Por lo que pudimos averiguar en Brasil se toma mate en la zona sur del país, en Rio Grande Do Sul. Debido a esto, en San Pablo es difícil conseguir yerba mate como la tomamos en Argentina. Sólo en algunos supermercados de mayor categoría se consigue erva mate, que es una yerba más molida y más verde. Su sabor es bastante amargo y se lava rápido. En el sur la toman en chimarrão, lo que para nosotros es el mate. Esta es la yerba o erva que compramos para probarla:


Después de mucho buscar en la web, nosotros conseguimos yerba mate en un restaurant de carnes argentinas, atendido por unos cordobeses que se vinieron a Brasil ya hace varias décadas. Gracias a esta compra podemos llevar el mate a todos lados y seguir siendo un poquito argentinos aún en terreno ajeno.

El Mercado Municipal



Uno de nuestros planes preferidos para pasar el fin de semana es visitar el mercado de la ciudad. El mercado está ubicado en una de las zonas más comerciales de San Pablo, donde la gente va a buscar los mejores precios disponibles.

Al mercado se llega tras dejar atrás la estación de metro São Bento y caminar algunas cuadras por calles llenas de comerciantes que intentan vender su producto a los gritos y te increpan para que le compres.



Una vez adentro del mercado, los vendedores callejeros cambian por los comerciantes con delantal que te ofrecen una variedad enorme de productos. Podes encontrar desde especias, pastas o quesos hasta pescados y frutas exóticas. Todos los productos son increíblemente frescos y son un placer al olfato.





En diferentes entradas iré contando pequeños detalles de esta maravilla paulista que siempre tiene algo nuevo para ofrecer.

14.10.13

Um copo de cerveja, por favor

Una de las primeras cosas que aprendimos al llegar a Brasil es que en portugués al vaso se le dice copo. Y la curiosidad es que vaso significa algo así como inodoro u orinal. Así que atentos cuando piden algo para tomar.

Como se ve en la foto, los copos en general son pequeños y hay que servirse varias veces para saciar la sed. Al parecer usan ese tamaño para que no se caliente la bebida rápidamente.

Los Bandeirantes

El Monumento a las Bandeiras es un referente de la ciudad de San Pablo en Brasil. La escultura representa a las diferentes etnias que participaron en la constitución de lo que hoy es el territorio brasileño. 

Si se acercan a conocer el Parque Ibirapuera, es lo primero que van a encontrar en su camino.

Llegó la primavera paulista


De un fin de semana para otro y sin mucho aviso, pudimos ver como florecieron todos los árboles en el Parque Ibirapuera.

Aunque en general los días están teñidos más de grises e incesantes lluvias, estos son algunos de los colores que nos regala esta hermosa estación.

































Una banfileña perdida en San Pablo


Los primeros días me sentí así: perdida.

Quizás por la barrera idiomática, por el tipo de ciudad, por estar en otro país o tan sólo por encontrarme fuera de casa.

San Pablo es una ciudad inmensa, apabullante y misteriosa. Como dicen acá, es la ciudad que no pueda parar.

No voy a mentir, digerirla cuesta y mucho. Pero día tras día, caminata tras caminata y capa tras capa se deja conocer con sus particularidades que mezclan la belleza salvaje de la Amazonia con el feroz ruido y movimiento de una megalópolis. Por suerte, ya a mitad de camino, me encuentra de otra manera: conociéndola y aprendiendo de ella.