Aunque tratás de no pensar en eso y de autoconvencerte que hay miles de sabores
desconocidos esperando para ser degustados, en algún momento ese pensamiento recurrente se instala en la
cabeza y no se va y no se va.
Cuando estás de viaje es inevitable recordarlo con cariño y pensar en esa última vez que tuviste la oportunidad de olerlo, masticarlo y disfrutarlo.
Parte de ser argentino es sentir en el ADN alimenticio la necesidad de comer un rico y sabroso asado.
2 comentarios:
Que rico ese asado!!!...me acuerdo muy bien jeje. Besos, Damián.
Quiero otro así!!!!
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