14.10.13

Una banfileña perdida en San Pablo


Los primeros días me sentí así: perdida.

Quizás por la barrera idiomática, por el tipo de ciudad, por estar en otro país o tan sólo por encontrarme fuera de casa.

San Pablo es una ciudad inmensa, apabullante y misteriosa. Como dicen acá, es la ciudad que no pueda parar.

No voy a mentir, digerirla cuesta y mucho. Pero día tras día, caminata tras caminata y capa tras capa se deja conocer con sus particularidades que mezclan la belleza salvaje de la Amazonia con el feroz ruido y movimiento de una megalópolis. Por suerte, ya a mitad de camino, me encuentra de otra manera: conociéndola y aprendiendo de ella.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Romi...muy buenas las curiosidades de la ciudad que estás mostrándole al mundo y excelentes las fotos, como siempre!!!...Por muchos más viajes juntos y nuevas aventuras!!!...Besos y seguí con el blog que está buenísimo (o muito legal!!!) Damián

Romina Marconi dijo...

Jajaja... gracias por la buena onda, amor!!! Más vale que tendremos muchos más viajes y aventuras juntos.
Muackkk

Anónimo dijo...

Muy bueno Romi! Besos! Veri

Romina Marconi dijo...

Gracias Veri!!! Besoss